H. G. CIBELE
Una vez, un padre de una familia acaudalada que vivía en un muy confortable departamento de una gran ciudad, llevó a su hijo de viaje por el campo, con el firme propósito de que viera cuán pobre y necesitada era la gente del campo, a fin de que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Así, estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: ¿Qué te pareció el viaje?
¡ Muy lindo papá !
¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
¡ Si -
¿Y, qué aprendiste?
Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un río que no tiene fin.
Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, pero ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta el borde de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte.
Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia.
Tu y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo y rara es la que vez conversan conmigo, o conversamos los tres.
¡¡ Gracias papá, por enseñarme lo rico que podríamos llegar a ser !!
Es inmensamente cierto que aquel que menos tiene, lo disfruta con mayor felicidad que aquel que lo tiene todo.
ResponderEliminarMis primos estas semanas están en el pueblo porque son vacaciones, y lo único que necestitan son sus botas de montaña, su rama de bastón, su gorra, un bocadillo, el agua, la compañía de dos perros que hay en mi familia y la de mi hermano que los lleva a caminar por los montes. Ellos son felices y están aprendiendo de la naturaleza y además aprenden el significado de amar a su familia y lo importante que es y será para ellos. Ojala tubiera vacaciones y pudiera estar con ellos viéndolos sonreir, correr, pedirme que les suba a caballito etc...