No quiero
vivir más, la vida que estoy llevando”, eso lo dije hace mas de 20
años, yo era una persona que vivía en un continuo mal humor, aun que
muchas veces lo disimulaba haciendo chiste de todo y provocando la risa en los
demás, pero yo seguía muy triste en mi interior. Nada me funcionaba, no tenía “SUERTE”
(pensaba que eso existía) en el dinero y tampoco era muy afortunado en el amor.
Veía a otras personas haciendo fortuna o teniendo grandes romances y pensaba,
claro con envidia, por qué a mi no me sucedía lo mismo. Me quejaba de mi vida a
diario, lo único que pensaba y hablaba era sobre lo mal que me iba en la vida.
Un día, ya en medio de una absoluta desesperación y bajo una situación económica terrible, una mañana, decidí no levantarme de la cama y tratar de analizar qué era lo que pasaba en mi vida y qué me diferenciaba de los amigos que les iba bien con el dinero y el amor. Al principio, mi ego no me dejaba dándome sus opiniones: Bueno “fulanito” tiene dinero seguro porque es un tramposo,” menganito” tiene esa bella novia amorosa porque tiene dinero, “sutanito” lo que tiene es suerte, y como esta decenas de razones externas que justificaban mi situación. Después de un largo rato de estar escuchando a mi ego, dije: Ya basta, esas no pueden ser las razones de que a mi me vaya mal. Nada tienen que ver ellos con mi precaria situación económica y mi vacía vida amorosa. Y en ese momento, sonaron como campanitas a mí alrededor.
Un día, ya en medio de una absoluta desesperación y bajo una situación económica terrible, una mañana, decidí no levantarme de la cama y tratar de analizar qué era lo que pasaba en mi vida y qué me diferenciaba de los amigos que les iba bien con el dinero y el amor. Al principio, mi ego no me dejaba dándome sus opiniones: Bueno “fulanito” tiene dinero seguro porque es un tramposo,” menganito” tiene esa bella novia amorosa porque tiene dinero, “sutanito” lo que tiene es suerte, y como esta decenas de razones externas que justificaban mi situación. Después de un largo rato de estar escuchando a mi ego, dije: Ya basta, esas no pueden ser las razones de que a mi me vaya mal. Nada tienen que ver ellos con mi precaria situación económica y mi vacía vida amorosa. Y en ese momento, sonaron como campanitas a mí alrededor.
Eureka !! Eso era, las razones de una vida tan triste no estaban allí afuera,
estaban en mi. ¿Pero dónde en mi? ¿En qué fallaba yo?, empezaron a llover
preguntas en mi cabeza, tomé inmediatamente una hoja de papel y un lápiz y las
fui escribiendo. E indudablemente, al hacer esta conexión conmigo mismo,
empezaron a venir las respuestas. Emociones saboteadoras, creencias
limitantes, juicios y prejuicios, egobarreras. Bueno, para hacerte la historia
corta, en ese momento me dije: “perfecto, ¿Pero qué debo hacer? ¿Cómo trabajo
todo eso? Solo no puedo, ya que no se cómo y además el problema surge de mi, y
al ser así, como decía Einstein, difícilmente voy a lograr una solución desde
el mismo lugar de donde se produce el problema. Y allí, a los pocos días
apareció la información que necesitaba, en libros, talleres y un coach que me
guiaría. Y como por arte de magia , mi vida cambió en pocos meses. Hoy por hoy,
me gradué en la universidad de periodista y de abogado, tengo una maestría en
Ciencias Políticas, he escrito cuatro libros, he dado conferencias en
diferentes ciudades y países, llegue a ser jefe de departamento y profesor en
la universidad por varios años. Tengo una relación de pareja de mas de dos
décadas. Vivo en mi propia casa con piscina en una isla del Caribe y ¿el dinero?,
llega a mi bolsillo o cuenta bancaria cada vez que lo necesito.
En resumen, encontré la solución a esa vida que no deseaba, al auto-descubrirme y corregir lo que había en mi, que atentaba contra mis sueños. Hoy te puedo decir que todo aquello que aprendí e hice está volcado en el entrenamiento personalizado del Sistema TEA, y que ha hecho lo mismo con cientos de personas en el mundo hispano.
En resumen, encontré la solución a esa vida que no deseaba, al auto-descubrirme y corregir lo que había en mi, que atentaba contra mis sueños. Hoy te puedo decir que todo aquello que aprendí e hice está volcado en el entrenamiento personalizado del Sistema TEA, y que ha hecho lo mismo con cientos de personas en el mundo hispano.
Probablemente, lo que me hace más feliz de todo esto, no es tan solo mi vida, sino ver como tantas personas están viviendo su vida soñada gracias a lo que yo aprendí y ofrezco en el entrenamiento personalizado del Sistema TEA.
H. G. CIBELE
Tu Coach en
Línea
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